sábado, 13 de diciembre de 2014

Volver a ver a Irene.


Ella está muy presente. En mi vida, desde luego, pero me refería a este blog. Me acompañó, cuando tú decidiste no hacerlo, y siempre estuvo ahí, ofreciéndome un abrazo de letras cuando pensé que no había manera humana de seguir.
Una tarde en la que estaba subiendo un capítulo, pensé en Grecia, su nuevo libro. Y pensé que pudiera ser que este año la viese de nuevo, en alguna firma, o en la Feria del Libro. Y como siempre, fantaseé sobre qué podría decirla. 
Y rompí a llorar.
Daría lo que fuera, lo que fuera, por decirla que ella fue parte de que volvieras. Por agradecerla entre lágrimas y mejillas como amapolas sus palabras, porque le dieron forma a lo que me quemaba por dentro, e hicieron que los sentimientos triunfasen, sobre todo lo demás.
Ojalá, ojalá pudiera decírselo algún día.

De todas formas... Gracias por todo, Irene X.

No hay comentarios:

Publicar un comentario