domingo, 24 de agosto de 2014

#18/08/14

Las miles de veces que, en invierno, paseando por cualquier parte, yo me moría de frío, y él me abría sus brazos y su anorak negro, y yo me refugiaba allí, sintiendo que tenía mi propio lugar seguro en el mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario