Recuerdo aquella tarde en tu casa. Tenías el libro de "The perks of being a wallflower" porque yo pretendía que te lo leyeras. Recuerdo cuando me lo regalaste por mi cumpleaños, "para que podamos ir a ver la peli". No sabes cuánto me llegó aquel detalle. Y un montón de tiempo después, allí estábamos, y me dijiste que te abrazara. Lo hice, mientras tú escribías en la primera página del libro "en este momento somos infinitos". Y sí. Fuimos jodidamente infinitos. Y no creo que muchas cosas en la vida puedan igualarse a lo que me hiciste sentir en aquel momento.
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