lunes, 15 de septiembre de 2014

Hipócrita.

Recuerdo el mayor error de mi vida. Fue contigo. Dejándote. Dejándome llevar por el camino equivocado. Por lo que siempre había sido, alguien incapaz de comprometerme, alguien que no dejaba a otras personas entrar dentro. Por el sentimiento de que, pf, pues de que en realidad, tampoco era para tanto, de que no íbamos a ninguna parte. 
Hace poco, cuando de repente me vi siendo tú hace un año, una pajarita muy bonita me dijo que le habías dicho: “voy a reconquistarla. Como sea”. Recuerdo que al principio me aparté de ti. Y luego te dejé acercarte un poco. Y de repente, ahí estabas otra vez. No conmigo, pero cerca mía. Y yo no creía que fuéramos a ninguna parte así, pero me sentía bien contigo. Y entonces cometí el segundo mayor error de mi vida, y casi te pierdo. Casi, de estar a un pelo. Y ahí empecé a darme cuenta de que en realidad no me eras tan indiferente. Y te dejé acercarte otro poco. Y un día me levanté, y de repente te quería a mi lado en la cama. Y al día siguiente quería verte todos los días. Y al día siguiente me costaba decirte adiós en mi portal. Y unas semanas después tuve una charla conmigo misma, cara a espejo, y ambas pactamos que te queríamos de vuelta, que éramos imbéciles, y que íbamos a compensarte por todo el tiempo perdido.
Y un día, te pedí que volvieras conmigo. Y tú lo hiciste. En la misma habitación en la que hacía tres meses y pico había decidido que no teníamos futuro.
Y tú, pedazo de cabrón, ahora me estás negando mi posibilidad. Cómo puedes ser tan jodidamente hipócrita, hostia puta ya. Qué pasa, ¿es que tú eres más capaz que yo? ¿Mejor a caso? Vete a la mierda, tú con todo tu escepticismo. Me niegas intentarlo cuando yo te di tres meses. Tres. Putos. Meses. Goethe escribió que un hombre es capaz de hacer fuegos artificiales con el sol para recuperar a su amada. Bueno, pues yo soy una mujer y voy a hacer petardos con la Vía Láctea con tal de que te des cuenta de que tenemos sentido, futuro, y muchos proyectos de hijos dentro de un capuchón esperándonos. 
Joder ya, tú entre todas las personas del mundo deberías ser el que mejor me entendiese. ¡Tú estuviste aquí! Y eres el que está poniendo el mayor de los obstáculos; negarte antes de haberlo intentado. 
No seas hipócrita. Si tú pudiste, yo puedo. Si yo pude, por qué no vas a poder tú. Yo no creía, y tú me hiciste creer. Déjame que te haga creer que podemos incendiar el cielo sólo con tocarnos. Porque lo cierto es, que podemos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario