Últimamente no puedo quitarme de la cabeza el hecho de que no puedo conseguirlo. Y me odio por ello. Si yo pienso así, ¿quién va a creer que es posible? Soy el único pilar de esta causa casi perdida, no puedo hundirme. Y sin embargo... ¿Qué pasa si no lo consigo? Quiero decir, no hay más allá de él, no es pero más allá de él ahora mismo. Llevo todo este tiempo tratando de mantener en la balanza el hecho de aceptar el posible fracaso sin pensar más allá de éste, pero hay veces que el desánimo vence cualquier tipo de treta optimista. Y éste es uno de esos momentos.
La respuesta más común es un "bah, hay más peces en el mar", Y por Tutatis que al próximo que me diga eso lo mato. Estoy hasta el coño de eso. Cuando estoy con él también hay más peces en el mar, joder. No los quiero. Por mí, que se mueran todos. Le quiero a él. Como cuando Noa en el "Diario de Noa" construye al casa que había soñado con ella, y luego es incapaz de venderla, por mucho que le ofrezcan. Le quiero a él.
Y luego está lo del tiempo: "el tiempo lo cura todo". Los cojones. El tiempo te enseña a coexistir con ello, porque el ser humano es instinto de supervivencia puro y duro. Pero nada se cura si es real, y esa es la única verdad. Y no he tenido nada tan real nunca.
Porque si la familia viene de propina, y los amigos son la familia que nosotros mismos nos creamos, la persona que elegimos es la vida que queremos crear. Y sí, yo he elegido. Y es posible... Probable incluso que me vea obligada a cambiar mi elección. Pero la mía es ésta. Intentar esa creación con él.
Joder, ha sonado mucho a hijos, ¿no? Paso de los críos. Por muy monos que sean, de verdad. ¿Que me lo plantearé en un porrón de años? Pues es posible, pero ahora mismo, lo único que quiero es mesa para dos.
Siempre me han dicho que cada esfuerzo en esta vida tiene su recompensa. Vamos a verlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario